Fue así que invitamos a los niños y jóvenes a realizar una baldosa en mosaico invertido para ponerla afuera, a la vista de los que pasan por allí..
La propuesta fue un éxito porque varios entusiastas se pusieron a trabajar enseguida y estos son algunos de los resultados, que pueden verse todos los días, contagiando de colores nuestra vereda.
Es hermoso ver a los vecinitos que pasan, llaman la atención de sus padres, juegan, saltando de baldosa en baldosa ( las baldosas se pueden pisar).
Muchas veces hemos visto adultos gratamente sorprendidos, que pasan enfrascados en sus pensamientos y de golpe, descubren esa nota de color y sonríen.
Una persona nos dijo que había cambiado su trayecto hacia el trabajo para pasar cada día por allí, porque le alegraba el camino.
Algunas están realizadas con azulejos de cerámica (esmaltados en el taller), otros están hechos con pedacitos de cerámica cocinada a 1040 grados y otros están hechos con mosaico de vidrio.
Este año, los adultos han pedido su lugar en la vereda así que seguiremos contagiando alegría.
Baldosa realizada en mosaico en el Taller de Montevideo,